Hacer empresa en San Félix:
una misión de fortaleza, aguante y persistencia
Un pequeño corregimiento de Caldas, olvidado tras años de violencia, ha vuelto a florecer gracias a los gobiernos locales que están impulsando el turismo y a empresas como Lácteos San Félix, que generan empleo y dinamismo en la economía, tras recuperar la importante industria láctea de la región.
La violencia sin tregua, durante los años noventa, hizo que los empresarios de los acopios de leche huyeran del pujante corregimiento de San Félix, en Caldas, a una hora de Salamina. Los campesinos y ganaderos se quedaron con las manos vacías, sin clientes y con cosechas y galones de leche que se dañaban en casa. Esta fue la realidad que vio Julián García y que, en el año 2007, cuando la situación de orden público parecía apaciguarse, lo motivó a crear Lácteos San Félix.
Arrancó con tres amigos, un operario y equipos muy básicos: compraban la leche, no mucha -la capacidad solo les daba para 160 litros diarios- con la que hacían yogurt con frutas. Sin embargo, los clientes no llegaban y el stock crecía. Pensaron en hacer cuajada, que tenía mucho más pedido, pero la situación financiera no mejoraba y los dos socios de Julián decidieron marcharse. Desde 2013, él sortea solo los avatares de la empresa.
Hay que destacar que Julián le dio nuevos aires a Lácteos San Félix. Mejoró el portafolio (quesos frescos, dulce de leche, guayaba, mantequilla, crema de leche, entre otros) y aumentó el mercado local, lo que le permitió en 2019 pedir un crédito leasing a través de Bancolombia para adquirir una bodega en Manizales y manejar desde la capital del departamento el área administrativa.
En 2021 volvió a acudir a su banco de cabecera para sacar un vehículo a través de renting, lo que le permitió ahorrar dinero en la distribución de sus productos.
Su buena relación con Bancolombia también lo llevó a abrir dos corresponsales bancarios, uno en San Félix y otro en Manizales, los cuales no solo son de gran utilidad para los 20 empleados de la compañía, sino también para los habitantes de ambas ciudades. “En San Félix es muy importante tener el corresponsal porque allí no hay bancos. A los otros empresarios les funciona muy bien para pagar las nóminas, hacer sus transferencias y enviar dinero a otros lugares”, comenta.
“San Félix estaba muriendo. Nadie quería invertir en una zona alejada de todo y que había sufrido tanta violencia”, recuerda Julián. “Hacer empresa aquí requiere de mucha fortaleza, de aguantar y de seguir soñando, sabiendo que los frutos se verán a largo plazo”. La historia le ha demostrado con creces que hizo lo correcto. El pequeño municipio de Caldas ha vuelto a ser visitado por el turismo, el gobierno local está invirtiendo en pavimentar las carreteras y negocios como el suyo le devuelven la vida a la región y el sentido de pertenencia a sus habitantes. Hoy, no solo cuenta con 20 empleados, muchos de ellos jóvenes que encuentran allí su primera oportunidad laboral; también hay 50 familias ganaderas que venden a Lácteos San Félix toda su producción (300 litros de leche diarios). Además, con las ganas de aportar al medio ambiente, Julián instaló, desde hace dos años, paneles solares para reducir el consumo de energía y la huella de carbono, también ha incluido buenas prácticas en cuanto al manejo de residuos líquidos y sólidos. Y sueña, porque nunca deja de hacerlo, en poder capacitar a los jóvenes sobre técnicas de producción industrial de leche, para que en el futuro sean las nuevas generaciones quienes pongan en alto el nombre de San Félix y todo el departamento de Caldas.