La crisis climática por la que atraviesa el planeta y los eventos extremos como deslizamientos, inundaciones, sequías, heladas, granizadas y lluvias torrenciales causan degradaciones del suelo que afectan la actividad agrícola. Incluso, algunos expertos ligan la aparición de virus como el nuevo coronavirus a la alteración de los ecosistemas. ¿Cómo se pueden gestionar estos riesgos?
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Contenido del artículo
- El cambio climático y su impacto en el agro.
- Herramientas para que productores del agro afronten el cambio climático.
- Reforestación y cambio climático en el agro.
- Los riesgos de no gestionar el cambio climático en el agro.
El cambio climático y su impacto en el agro
El incremento de las emisiones de gases de efecto invernadero y el consecuente aumento en la temperatura en el planeta generan efectos negativos en la actividad agropecuaria por varios motivos, según explica Ana María Loboguerrero, directora de Investigaciones de The International Center for Tropical Agriculture (CIAT):
Un caso que permite ejemplificar el impacto del cambio climático en la agricultura es el de las consecuencias negativas en la productividad de cultivos como el de maíz, arroz y fríjol. De acuerdo con proyecciones del Intergovernmental Panel on Climate Change, si no se consideraran los cambios en el clima, se lograría un crecimiento del 23 % para 2050 en estos cultivos. Sin embargo, ante la realidad del cambio climático, dicho crecimiento se vería reducido a un 15,6 %.
Este tipo de afecciones también inciden en la economía de los países y generan un riesgo para su seguridad alimentaria. Esto se debe, comenta Loboguerrero, a las incidencias que tienen lugar en los cultivos a causa de los eventos climáticos extremos.
Se refiere, por ejemplo, a que se alteran los precios de los alimentos y se limita el acceso de ciertos productos a diferentes mercados, lo que hace menos atractivo el sector para muchos de los actores que lo conforman.
Por esto, en la actualidad, se toman acciones para enfrentar estas problemáticas, como las estrategias de mitigación y adaptación ante el cambio climático.
Herramientas para que productores del agro afronten el cambio climático
Al respecto, Juan Carlos Martínez, investigador Ph.D. de Agrosavia, comenta que en el año 2013 esta entidad empezó a ejecutar el proyecto “Modelos de Adaptación y Prevención Agroclimática - MAPA”, que permitió conocer la realidad de 18 departamentos y 54 municipios del país que habían sido afectados por la emergencia climática y la ola invernal de 2010.
Como resultado, tanto productores como asistentes técnicos agropecuarios hoy tienen a su disposición el Sistema Experto MAPA, una herramienta tecnológica y de aprendizaje que, al aportar conocimiento, contribuye a que los empresarios del sector tomen mejores decisiones relacionadas con la adaptación de los sistemas de cultivo al cambio climático.
El CIAT, por su parte, ha desarrollado herramientas para que los empresarios y agricultores conozcan cómo los diferentes sistemas productivos serán impactados por el cambio climático y así sepan en cuáles invertir, por qué periodo de tiempo hacerlo y qué estrategias implementar para continuar con indicadores viables de productividad y rentabilidad.
“Los empresarios del agro necesitan saber qué tipo de medidas y acciones funcionan según su contexto específico. La Agricultura Específica por Sitio (AEPS) permite usar los datos disponibles para identificar las acciones clave para incrementar productividad en los sistemas productivos agrícolas en un contexto de clima cambiante”. Ana María Loboguerrero, directora de Investigaciones del CIAT.
Estas acciones se han llevado a cabo en el marco del Programa de Investigación del CGIAR (Consultative Group on International Agricultural Research), Agricultura y Seguridad Alimentaria (CCAFS).
Reforestación y cambio climático en el agro
En este escenario no puede dejar de hablarse de la reforestación como herramienta para combatir el cambio climático en el agro. Agrosavia, por ejemplo, trabaja con diferentes actores del sector para aportar soluciones conjuntas y lograr una real adaptación al cambio y la variabilidad climática. Una de ellas es el establecimiento de cultivos agroforestales basados en cacao y otra, el manejo silvopastoril para el ganado bovino.
“En Colombia, existen varias iniciativas de reforestación enfocadas a certificar la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero por entidades nacionales e internacionales. La expedición del Impuesto Nacional al Carbono ha promovido el interés de las empresas privadas por reforestar dado que así es posible buscar la carbononeutralidad (cuando las emisiones netas de gases efecto invernadero expedidas equivalen a cero) para la no causación del impuesto nacional al carbono, estipulado en el Decreto 926 de 2017”, recalca Marcela Quintero, directora de Investigación de Paisajes Multifuncionales de la Alianza de Biodiversity International y el CIAT.
Los riesgos de no gestionar el cambio climático en el agro
Más allá de cumplir con las normas, la gestión del cambio climático en el agro garantiza la supervivencia del hombre como especie y de sus negocios. De ahí la importancia de actuar de forma coordinada y coherente, como lo recomienda el experto de Agrosavia, Juan Carlos Martínez, para hacerle frente a las transformaciones rápidas y dramáticas que el mundo está experimentando.
Para él “la crisis climática global pone a las sociedades ante el desafío de cambiar el modelo energético y la manera cómo se ha entendido el desarrollo productivo hasta la fecha. El sector agropecuario, responsable de un tercio de las emisiones de gases de efecto invernadero, tiene mucho que aportar en la transformación de sistemas agroalimentarios más justos y sostenibles”.
Lo anterior cobra mayor relevancia ahora que el coronavirus impone retos adicionales a todos los sectores económicos. En el caso del campo, el covid-19 es multiplicador de riesgos: quienes venían sufriendo el impacto del cambio climático son más vulnerables y tienen más limitaciones en áreas como la logística. La coyuntura también incide en aspectos como la dieta de las personas.
“Algunos investigadores sugieren que la destrucción de los bosques y de la biodiversidad podría estar generando condiciones para que virus como el covid-19 aparezcan. Por esto son necesarias acciones que apunten a reducir la deforestación. Si se decide promover un crecimiento verde que contemple restricciones sobre el uso de los recursos naturales y que incentive prácticas que reduzcan las emisiones de gases efecto invernadero, entonces estaremos ante un futuro promisorio”, concluye Ana María Loboguerrero.
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