Cómo crear una estrategia de marketing digital
Mercado
Es vital conocer el mercado ante el cual se quiere exponer un prototipo. De esta forma se puede llegar a escalar rápido, pero de manera sólida.
El prototipado es el proceso mediante el cual se crea la versión inicial de un nuevo producto o servicio. De esa forma, se puede probar la idea en el mercado de una forma rápida y a costos muy eficientes para las empresas. ¡Te contamos más aquí!
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En este contenido encontrarás:
- ¿Qué es un prototipo y qué importancia tiene para una empresa?
- Factores claves al diseñar y probar prototipos
- Medición de resultados: ¿éxito o fracaso?
El 88% de los directivos de empresas a nivel mundial considera que no logra seguirles el ritmo a los consumidores porque sus estilos de vida y expectativas cambian más rápido de lo que pueden hacerlo los negocios, señala el estudio denominado “La paradoja humana: de la centralidad del cliente a la centralidad de la vida”, realizado por Accenture.
En ese contexto, y en medio de un entorno competitivo, el prototipado se convierte en la mejor alternativa para conocer qué quiere el consumidor, generar opciones, probar y evolucionar un nuevo producto para resolver esas necesidades y, sobre todo, hacerlo de una forma rápida y a bajo costo para las empresas.
David Tesone, director para Colombia del IXL Center, firma de consultoría experta en gestión de la innovación, asegura que “prototipar significa entender si un producto o servicio puede funcionar no solamente para el cliente externo o para saber si comprende lo que le estoy ofreciendo, sino hacia el interior de la compañía, para ver si soy capaz de crearlo y sacarlo adelante”. En ese orden de ideas, el prototipo o protocepto sirve para:
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Un prototipo debe ser simple de entender para el consumidor y, en suma, tener el potencial de generar una orden de compra a futuro.
En ese sentido, David Tesone sugiere tener en cuenta los siguientes factores o pasos al momento de diseñar y probar un prototipo:
Es vital conocer el mercado ante el cual se quiere exponer un prototipo. De esta forma se puede llegar a escalar rápido, pero de manera sólida.
Deberían ser extremadamente bajos. Para el prototipo se pueden usar los insumos, activos o capacidades que ya están disponibles. Además, no se trata de sacar el prototipo perfecto ni con el mayor número posible de características o funciones, pues eso no es necesariamente lo que el cliente quiere. Incluso, las empresas pueden valerse de aliados como otras compañías o la academia.
Si el negocio cuenta con un área de innovación, los recursos deben provenir de ahí o del área de investigación y desarrollo, incluso de mercadeo. El número de unidades que se saquen del prototipo es relativo, pues no es lo mismo probar un producto para la lonchera de los niños que un servicio para una población específica.
Un prototipo mínimo viable puede tomar desde unas pocas horas hasta varios días. Sin embargo, en industrias como la médica prototipar puede tomar más tiempo, por la naturaleza de los productos o servicios que se generan.
Es mejor empezar por lo más pequeño y escalar rápido. Esto significa, por mencionar un caso, mostrar el prototipo a diversas áreas de la organización, antes de hacerlo a los clientes potenciales, para obtener su retroalimentación. Esto, adicionalmente, ayuda a optimizar costos y tiempos.
La empresa puede apoyarse en el departamento de ventas para testear el prototipo con los clientes más cercanos o con los clientes potenciales que estén al alcance. Otras herramientas, como los grupos focales o las encuestas, son más costosas y no siempre arrojan el conocimiento del cliente que se espera.
Para saber qué percepción tiene el mercado no siempre es necesario mostrarle el producto como tal. Se puede acudir a recursos como diseños digitales, páginas web, videos y juegos interactivos. Dependiendo de la opinión de los clientes potenciales, se pasa a una de las etapas más fascinantes del prototipado: la iteración.
Significa comprender en qué se falló, generar mejoras al producto o servicio propuesto y volverlo a probar. Como este proceso sucede varias veces durante el prototipado, la idea es que la propuesta se vaya optimizando a medida que se va interactuando con el cliente. En promedio, se itera hasta cinco veces en un nuevo producto o servicio.
Usualmente, a la quinta vez -aproximadamente- que se haya iterado y validado con el cliente el prototipo, se genera una orden de compra. Pero esta “ida y venida” debe ser muy rápida porque si se complejiza el proceso en aras de lograr la perfección, es posible que cuando el prototipo esté listo el mercado ya no lo quiera.
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De acuerdo con el director para Colombia del IXL Center, durante el proceso de prototipado es importante que la comunicación que se realice en torno al nuevo producto o servicio sea clara. No hay que olvidar que, sin importar de qué se trate, cualquier persona debería poder comprender sin dificultad el prototipo que se le está mostrando.
Pero ¿qué pasa si tras el proceso de iteración no se generó la orden de compra? Pues que el mercado o no comprendió lo que se le quería vender o que lo comprendió, pero no lo aceptó. Esta es una razón lo suficientemente poderosa como para tomar otro camino hasta que las alternativas que le quiere ofrecer la empresa al consumidor sean aceptadas por él, pues el mercado siempre tiene la respuesta.
“No se necesita construir prototipos perfectos, sino que capturen la visión tanto del cliente interno como externo de las empresas. Por eso, les aconsejo tener las tres P de la innovación que son: paciencia, perseverancia y persistencia. Seguramente, la versión uno del prototipo no es la que va a salir al mercado, pero puede irse mejorando con el tiempo con el dinero del cliente, si compra, ya no con el de la empresa.”
David Tesone, director para Colombia del IXL Center
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