¿Cómo es la producción de plátano en Colombia?
El plátano es un alimento clave en la dieta de los colombianos, quienes son los principales consumidores de la producción nacional. Consulta aquí cómo es el modelo de negocio de este sector, qué papel juegan las formas asociativas en él y la necesidad de que existan semillas de alta calidad.
Plátano, ingrediente principal de la dieta colombiana
El plátano tiene un rol clave en la estructura agrícola colombiana. Jorge Alberto Valencia, ingeniero agrónomo y profesional de investigación en Agrosavia, explica que existen diferentes modelos productivos en el país, los cuales dependen de las condiciones locales: en la región Andina se observa un modelo tradicional de cultivo asociado con otras especies como el café, pero en el piedemonte llanero prevalece el monocultivo intensivo que, a la fecha, reporta un alto rendimiento. Se calcula que en el país:
- Existen 476.000 hectáreas cultivadas de plátano a 2022.
- En esta área se producen 4.6 millones de toneladas a 2022.
- Las mayores áreas cultivadas se encuentran en Antioquia, Arauca, Córdoba, Caldas, Chocó, Huila, Valle del Cauca.
- Mientras que en la zona Andina se cultiva la variedad Dominico Hartón, en las zonas bajas se siembra el Hartón.
La mayoría de la producción se destina al mercado interno, donde la demanda es alta. De hecho, los comercializadores requieren productos a base de plátano con valor agregado, como los snacks, lo que hace que sea un producto muy apetecido. Las exportaciones, por otro lado, se cubren con la producción de Urabá y están atadas a una mecánica internacional en la que se exige que por cierto porcentaje de banano se venda también plátano.
Siembras escalonadas, precios estables
Los picos de la producción de plátano en Colombia se dan a comienzos y mediados de año. Estas variaciones se deben a los cambios en las precipitaciones, lo que hacen que en los periodos intermedios la menor disponibilidad de agua reduzca su obtención.
La demanda por parte de los exportadores aumenta los precios en el mercado interno, así como lo hacen los altos costos de los insumos vistos en los últimos tres años. Por factores como estos, el kilogramo que antes se comercializaba a $700 ha llegado a venderse por $3.000.
Sin embargo, la demanda de plátano por parte de fabricantes de productos con valor agregado, que requieren una producción estable a lo largo del año, hace que exista una estabilidad relativa de precios. Ante esta realidad, Agrosavia y Fedeplacol (Federación de Productores de Plátano de Colombia) trabajan en una estrategia:
La idea es que la siembra de plátano sea más organizada para que se pueda surtir el mercado de manera continua y así evitar que el precio se deprima ante los picos de producción. Eso se puede regular mediante una proyección de siembras escalonadas a lo largo del año.
Jorge Alberto Valencia, ingeniero agrónomo y profesional de investigación en Agrosavia
En la comercialización prevalece el modelo asociativo
Pero, ¿cómo se comercializa el plátano? En la zona cafetera existe una fuerte tendencia a formar asociaciones, una práctica que Fedeplacol busca expandir a otras regiones porque, al concentrar la producción, se puede lograr una mayor capacidad de negociación.
Esto exige a los productores generar volúmenes estables a lo largo del tiempo, pues a los comercializadores les interesa contar con productos frescos cada semana o quincena. Adicionalmente, la asociatividad permite el acceso a asistencia técnica sobre el manejo del cultivo y de plagas, lo que a su vez facilita la obtención de semillas certificadas y de calidad.
Los productores asociados tienen el beneficio de comercializar un mayor volumen, lo que puede contribuir a obtener negociaciones directas y evitar la intermediación.
La importancia de semillas de calidad
Contar con semillas de calidad es uno de los retos que enfrenta el gremio platanero, al acceder a una semilla certificada se garantizan mejores rendimientos y ausencia de plagas, como por ejemplo el picudo (gorgojo). El ICA (Instituto Colombiano Agropecuario) es la entidad que reglamenta la producción de semillas.
Sin embargo, de acuerdo con el experto de Agrosavia, se debe dar un paso más allá. Es decir, lograr que haya una suficiente cantidad de viveros registrados para la producción de semillas, de manera que se pueda hacer una trazabilidad de:
- La calidad genética del material o las semillas.
- Los procesos internos de multiplicación de ese material.
- El proceso que debe surtir cada plántula (planta en estadio primario) hasta que llega a la finca para la siembra.
Según la entidad, si el productor no cuenta con su propio vivero para la producción de su material vegetal (semillas), debe solicitar al ICA, con una anticipación de siete a nueve meses, el producto requerido para la siembra.
Esto debe ir atado a un plan de capacitación para productores en bioseguridad con el fin de evitar riesgos sanitarios. En este esquema de formación es fundamental incluir información sobre cómo ingresar a la finca productora, desinfectar herramientas y manejar utensilios en las parcelas.
Producción de plátano y de café: un objetivo común
La producción de café ha sido clave para el cultivo de plátano, debido a la necesidad que presenta de ser producido bajo sombra. Esta característica ha permitido que estos dos cultivos aumenten su rendimiento en un sistema asociativo.
Aunque ahora el café suele cultivarse con plena exposición a la luz solar, el modelo de sombrío se conserva en algunas regiones como Huila, Tolima, Cauca y el Eje Cafetero, en donde se hizo popular.
Adicionalmente, el plátano está asociado a otras especies como el cacao, que también requiere sombrío. Esto permite obtener hasta dos ciclos de plátano mientras el cultivo del cacao se consolida. Además, se puede asociar con cultivos transitorios o de ciclo corto como los de frijol, maíz, maracuyá y ají topito, todo gracias a su versatilidad.
José David Díaz Jiménez
Dueño de
Distribuidora JDSJ S.AS.
¿Cómo crear un negocio exitoso en el agro?
José Díaz encontró la forma de lograr el desarrollo para su familia y su región en un producto que está presente en la gastronomía colombiana y que es fundamental para la seguridad alimentaria: el plátano. Tomo este camino por dos razones: la primera, por su experiencia y ganas de emprender en el agro y la segunda, por las condiciones climáticas que ofrece San Juan de Urabá, en Antioquia, un municipio fértil, de clima cálido y con extensiones de tierra perfectas para cultivar.
En este lugar, la economía se basa, principalmente, en el plátano y el coco, que se ubica a una distancia de 40 a 50 metros. Por eso, es normal encontrar cultivos asociativos, aunque, en ocasiones, también es posible ver hectáreas que se unen con el aguacate.
José quería trabajar con el plátano, pero de una forma distinta, por eso procuro desde el comienzo enfocarse en garantizar la mejor calidad y cumplir con todos los requerimientos. Para ello, registró ante el ICA las semillas y su producción; se enfocó en los controles sanitarios y se capacitó para que el mantenimiento, el registro y el control estuvieran presentes en todas las etapas.
Claves para obtener un plátano de calidad
Gracias a su dedicación hoy trabaja exportando plátano a Europa y ha logrado que le paguen un precio superior por su producto. Las claves del éxito de la empresa de José se definen en tres aspectos: la disciplina, las constantes ganas de aprender y la perseverancia.
La disciplina se hace evidente al llevar registros de su cosecha, al ser cumplido con sus pagos y al garantizar al pie de la letra que su producción de plátano cumple con lo solicitado por los clientes en el exterior. Las ganas de aprender se ven reflejadas en el apoyo y los aprendizajes que le han brindado ingenieros agrónomos, junto a ellos ha podido identificar qué pasos debe cumplir una asistencia técnica, cuáles aspectos son necesarios para adecuar un terreno y la importancia de acondicionar cada espacio de acuerdo con sus condiciones geográficas.
José ha descubierto cómo el clima influye en la trasplantación, tácticas para identificar la mucosidad o síntomas de las plantas infectadas por enfermedades o plagas y cuáles son las posibles consecuencias de factores climáticos como El Niño y La Niña.
Y, finalmente, la perseverancia le ha enseñado que el negocio del plátano puede ser complicado, pero es fundamental ver cada dificultad como una forma más de aprender y crecer en su cultivo. De esta manera superó los grandes retos del inicio: no contar con el suficiente capital y saber que hay áreas donde hace falta conocimiento. Todo lo logró sobrellevar con el convencimiento que a medida que se trabaja con dedicación, el rendimiento del producto aumentará.
Cuidar el entorno, un aspecto clave para el negocio
Cuidar el entorno, un aspecto clave para el negocio
El cuidado del medioambiente y las prácticas sostenibles también han sido parte de su modelo de negocio: trata el agua para bajarle el pH y quitarle la salinidad que puede contener por estar cerca del mar, cumple con controles estrictos para prevenir los residuos químicos y hace poco empezó a utilizar biofertilizantes con los que ha visto un cambio muy favorable en su cultivo, al notar que las plantas se fortalecen más y reciben mejor las labores de mantenimiento.
Lo que viene para José es seguir confiando en que sí es posible tener negocios exitosos en el agro. Para ello, espera a futuro expandir el número de plantas sembradas, aumentar sus conocimientos para crear más estrategias de negocio y mantener la disciplina, pues para él la dedicación que le pone a su cultivo es la mejor forma de brindarle a todos un producto de calidad.
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