Ikigai: el concepto japonés que está revolucionando a las empresas

¿Cómo alinear el propósito personal de los colaboradores con el propósito colectivo de las organizaciones? ¿Cómo contribuir al balance entre las habilidades y conocimientos de su equipo de trabajo para conseguir resultados exitosos en términos de negocios? El Ikigai promete las claves para lograr respuestas y resultados. Aquí te contamos de qué se trata.

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Contenido del artículo

- ¿Qué es el Ikigai?
- Encontrando el Ikigai en las empresas
- ¿Cuánto dura el proceso de encontrar el Ikigai?
- Ikigai y la importancia de superar la aversión al cambio

¿Qué es el Ikigai?

“El Ikigai es una forma de darle sentido a la vida y de encontrar una razón para levantarse todas las mañanas”, explica Juan Pablo Gaviria, exitoso productor audiovisual que desarrolló en Colombia el formato de la Isla de los Famosos y que ahora se dedica a escribir, dictar conferencias y brindar mentoría en temas de propósito de vida, autoconocimiento, desarrollo personal y espiritual.

El Ikigai es un concepto japonés que ha pasado de la esfera personal a cobrar relevancia en la vida de las organizaciones, pues nunca antes se habían visto expuestas a entornos tan cambiantes como el actual, lo que les exige reevaluar cuál es su compromiso económico, social y ambiental para generar negocios más ajustados a lo que requiere el mundo.

Para encontrar el Ikigai en las empresas o en la vida personal, se deben considerar cuatro variables:

1. Lo que se ama, gusta o apasiona.
2. Las cosas en las que se es bueno o las habilidades.
3. Lo que el mundo necesita.
4. Aquello por lo que nos pueden pagar.

Encontrando el Ikigai en las empresas

Juan Pablo, quien dejó su exitosa carrera en el mundo audiovisual para apoyar a otros en la búsqueda de su propósito de vida, desarrolló una nueva metodología que imparte a través de talleres y conferencias. En esta propuesta, las personas y organizaciones pueden empezar a mirarse hacia adentro para luego relacionar lo que encuentren con el exterior.

Esa búsqueda del Ikigai empieza por preguntarse qué es lo que se ama, lo que más se disfruta hacer o cuáles son las pasiones. Es posible que una persona ame la música, pero se dé cuenta de que no tiene tanto talento para ella. Entonces, no solo habrá descubierto lo que ama, sino aquellas actividades para las que sí tiene o no tiene habilidades.

Seguidamente, es clave preguntarse de qué forma se benefician los demás de las pasiones y habilidades propias, pues así se descubre si eso corresponde a lo que el mundo necesita. Y, finalmente, se debe evaluar si se puede recibir un pago por eso.

“Si amas algo, eres bueno en algo y ayudas a transformar la vida de alguien con esto, el dinero va a llegar. Cualquier compañía está dispuesta a contratar personas así. En el caso de los emprendedores, son exitosos cuando tienen claridad sobre los pasos anteriores. El problema es que nosotros salimos a buscar dinero, olvidamos lo que el mundo necesita y después nos encontramos con vacíos porque no hemos hallado lo que amamos o eso en lo que somos buenos”, afirma Gaviria.

¿Cuánto dura el proceso para encontrar el Ikigai?

El reto de buscar el Ikigai en empresas, así como a nivel personal, radica en que es un proceso que no ocurre de la noche a la mañana. Es necesario acercarse a la metodología y experimentar con lo que se aprende a través de espacios como las conferencias para encontrar las respuestas correctas.

Para Gaviria, esos espacios, precisamente, son inspiradores. Los asistentes se llevan herramientas que pueden empezar a aplicar en casa, lo que además resulta motivador. Sin embargo, la verdadera transformación ocurre con el tiempo, a pesar del agitado tren de vida diario.

“Lo que se busca es que cada persona pase de atender una charla a tener una experiencia propia, pero sin estresarse por no encontrar un resultado inmediato, pues la idea es que se goce la travesía -asegura-. Lo importante no es la meta en sí, sino eso en lo que uno se convierte durante el proceso”.

Por un lado, al “estar en el mismo plan”, colaboran con los jefes y los colegas para cumplir las metas. Por el otro, si fabrican colchones, por ejemplo, contribuyen a que los clientes tengan un mejor descanso. De esta forma, las organizaciones también se transforman.  

Con el fin de acompañar a empresas y personas en este proceso, expertos como Gaviria ofrecen talleres presenciales y virtuales basados en el microaprendizaje.

Ikigai y la importancia de superar la aversión al cambio

En esta búsqueda aparece un desafío extra porque si bien el 30 % de las personas encuentran inspiración, motivación y herramientas para hallar su Ikigai en esos escenarios, se observa que un 70 % genera una aversión al cambio que les impide sacar provecho de la metodología japonesa.

Eso es normal, dice el experto, porque no se puede cambiar una situación desde la misma energía, creencia o pensamiento que la creó. Y tanto a los negocios como a las personas les cuesta darle un giro a la forma como han actuado o reaccionado en el pasado.

Pero los negocios que sí le han apostado a esta técnica refieren haber obtenido resultados como un mejor posicionamiento en rankings como “Great Place to Work”, empleados más motivados o con un mejor manejo de sus emociones y transformación positiva de los equipos.

En la actualidad, Gaviria trabaja con una empresa en la que un pequeño grupo empezó a sumergirse en el Ikigai y, como lo encontró favorecedor, se lo pasó a otro para que también hiciera los talleres. Desde entonces, esta dinámica no se ha detenido porque todos han comprendido que solo puede traerles bienestar.

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