¿Cómo administrar tu negocio familiar?

Administrar un negocio en el que tus socios son tus familiares, implica un nivel de responsabilidad, confianza, comunicación y, sobre todo, franqueza para dejar las reglas de juego bastante claras. Conoce aquí algunas recomendaciones para que esa relación personal-laboral dé los resultados esperados.

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Uno de los grandes sueños para muchas personas es tener un negocio familiar y desde luego, que este sea exitoso. A decir verdad, puede ser muy satisfactorio salir adelante y cosechar triunfos de la mano de los seres queridos.

Sin embargo, también está la otra cara de la moneda. Esta relación puede convertirse en un verdadero dolor de cabeza si no se pactan reglas de juego claras para que la relación familiar vaya por un lado y los negocios por otro.

Protocolo de familia: un factor clave en los negocios familiares

El protocolo familiar son los acuerdos voluntarios para garantizar que funcione adecuadamente un negocio de familia. Estas normas y reglas ayudan a mitigar los riesgos para la empresa y a evitar malentendidos con tus seres queridos.

A continuación, te damos algunas recomendaciones para manejar bien tu relación empresarial con ellos o para que te prepares en caso de que estés montando un negocio familiar.

Diez reglas básicas para los negocios familiares.

⚠ 10 mandamientos para que funcione tu negocio familiar

No acabes la familia por el negocio y viceversa.

Define (y deja muy claros) los roles y cargos que desempeña cada miembro.

Asigna salarios según el nivel de responsabilidades (quien no trabaja no recibe sueldo sino regalías).

¡La plata de la empresa es de la empresa! No mezcles tus finanzas personales con las del negocio.

¡Las cosas se hablan en vida! Deja claro quiénes son los herederos y cuál es su derecho a la sucesión.

Mantén la propiedad del negocio en manos de la familia.

Preserva la unidad familiar para que crezca la empresa.

Prohibido tener disputas por poder.

Genera compromiso en las próximas generaciones.

Evita desacuerdos entre los integrantes de la familia en los momentos en que deben tomar decisiones difíciles.