Por:
Santiago Mondragón, especialista en activos de transporte de Bancolombia
Javier Arango, especialista en ingeniería de soluciones aplicadas de Renting Colombia
Cuando una empresa busca adquirir uno o varios vehículos para transportar sus productos, usualmente la selección está atada a la inversión inicial que debe hacer para contar con ese activo. Si bien este aspecto es relevante, es importante tener en cuenta que no es el único. Una mirada integral sobre todas las variables que intervienen en el momento de tomar una decisión de este tipo garantizará que dicha inversión realmente beneficie a la empresa.
Si la empresa tiene vocación ambiental, entran en juego otras variables como los costos que puede implicar tener un vehículo a gas natural, mixto o eléctrico. La búsqueda de equipos amigables con el medio ambiente y las exigencias gubernamentales ha hecho que cada vez, más empresas evalúen adquirir vehículos pequeños y que generen menos gases contaminantes.
Afortunadamente, en Colombia se comercializan más de 60 marcas de vehículos que pueden satisfacer una amplia gama de necesidades, los hay desde los 700 kilogramos (kg) hasta las 32 toneladas, entre camiones rígidos y articulados, por lo que se podría decir que la oferta cuenta con distintos estilos, configuraciones y tecnologías. Sin embargo, por temas de costos y por el uso del diésel como el combustible por excelencia de los vehículos de carga, existen algunos modelos y tecnologías que no se han masificado.
Hacer uso del transporte informal puede debilitar la productividad de las empresas, pues la carga queda desprotegida y expuesta a que sea utilizada en actividades ilícitas.
Las consecuencias de no comprar, arrendar o subcontratar el transporte con una empresa formal pueden ser:
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El car sharing es un servicio especialmente pensado para darle solución a la movilidad en las ciudades. Las ventajas que ofrece en materia de optimización de tiempo y recursos, lo convierten en una alternativa atractiva para personas y empresas.
Colombia ha logrado dar algunos pasos para mejorar su productividad y competitividad. Para continuar avanzando, el principal desafío para los próximos gobiernos será pasar del diagnóstico a la acción, con el fin de recuperar la senda del crecimiento económico.