Liderazgo para cada etapa de madurez de su startup
El éxito del crecimiento de las startups depende, en gran medida, del liderazgo de sus emprendedores. El liderazgo es, de hecho, una habilidad aun más necesaria cuando las startups evolucionan a empresas consolidadas.
El liderazgo surge en medio de grandes retos y de períodos de incertidumbre o cambio. Es entonces cuando el emprendedor debe adaptarse a diferentes escenarios y tomar decisiones en medio de una avalancha de acontecimientos.
Si bien los negocios exitosos requieren de un liderazgo sólido, las habilidades que hicieron que su startup despegara no son las mismas que se requieren para mantenerla en el tiempo. A medida que el negocio crece, sus líderes deben adaptarse y aprender.
¿Cuáles son las habilidades de liderazgo que va a necesitar y cómo puede adquirirlas? Lo más importante es que se conciba al liderazgo como una capacidad que se desarrolla y se aprende, no como una mera cualidad innata. Un estudio realizado por la Universidad de Illinois, en Estados Unidos, apoya esta teoría: los líderes no solo nacen, sino que también se hacen. Algunos desarrollan la habilidad a lo largo de su vida y siguen un proceso de tres fases: ‘estar listo, estar dispuesto y ser capaz’.
Además, el emprendedor deberá ajustar sus habilidades a la fase de crecimiento en que se encuentra su iniciativa. En este artículo repasamos los principales hitos de una startup y las habilidades de liderazgo que se requieren en cada uno.
1. Recepción y escucha para comprobar que se tiene un producto mínimo viable (MVP)
En esta fase ya el emprendedor ha pensado su idea y cómo quiere materializarla. Ahora es momento de probar si la necesidad realmente existe y cuáles serían los consumidores que requieren satisfacerla, una prueba que determinará si la empresa sobrevive o no a las siguientes fases. El emprendedor comienza a cuestionarse, en principio, tres cosas: a) si podrá conseguir los clientes suficientes para convertirse en un negocio viable, b) si en un futuro logrará alcanzar otros mercados, y c) si existen fondos necesarios para soportar el proceso de establecimiento.
Para comprobar que realmente existen consumidores para su producto o servicio, el emprendedor deberá poner en práctica sus habilidades de recepción y escucha. Atrás quedaron los tiempos de líderes dictatoriales que se guardan para sí el desarrollo de las empresas y que hacen caso omiso a las recomendaciones de sus clientes potenciales.
Escuchar le permitirá al emprendedor recabar información de valor sobre las mejoras que deberá incorporar a su idea, decidir si es posible continuar con ella e interactuar positivamente con futuros clientes. Bruno Rouffer, experto en liderazgo y parte del Team Academy Perú, que integra una extensa red de escuelas para emprendedores fundada en Finlandia, lo define así: “El buen líder sabe escuchar y no siempre es el que conduce el auto, también se sienta atrás y deja que otros conduzcan el auto hacia el destino donde se quiere ir”.
2. Evaluar y delegar para asignar a la persona adecuada en el cargo correcto
Una vez que tiene un producto o servicio y muchos consumidores lo necesitan o quieren (algo que lo ha comprobado al interactuar con el mercado), es momento de hacerlo realidad. Para ello necesitará estructurar un equipo de trabajo que sea capaz de hacer reportes, estudiar repercusiones, observar cómo actúa la competencia y evaluar la viabilidad del producto sobre el terreno, entre muchas otras funciones que se irán ampliando a medida que el negocio crezca.
Pero no solamente se trata de contratar, sino de delegar. Cuando el negocio avanza, no hay tiempo para ejecutar todas las tareas. Y, además, no es sano. Aprender a delegar y hacerlo con tacto, de modo que sus colaboradores no lo perciban como alguien autoritario, es todo un reto. Un buen líder es aquel que le asigna la misión correcta a la persona adecuada.
Por si fuera poco, delegar le permite utilizar su tiempo de manera inteligente y concentrarse en los aspectos medulares del negocio. Al mismo tiempo, motiva a sus colaboradores, lo que se traduce en un mayor sentido de responsabilidad, compromiso y lealtad hacia la compañía. Según estudios de la Escuela de Negocios de Londres, la empresa cuyo emprendedor sepa delegar eficazmente puede incrementar sus ventas entre 5% y 20%, lo que se traduce en otro gran beneficio.
Recuerde: dejar ir no significa perder el control: puede establecer pautas y declaraciones de misión y visión que sirvan de guía para todos. Y, en realidad, lo más recomendado para su compañía es que el líder pueda contar con unidades estratégicas, que también tengan habilidades de liderazgo y que por sí sola exija qué cualidades deberán tener los próximos trabajadores para entrar al equipo. Así el emprendedor logra que la empresa pueda subsistir por sí sola y no tenga dependencia de ningún trabajador.
3. Capacitación de los trabajadores para afrontar con éxito la etapa de expansión
La empresa cuenta con un producto exitoso, bien recibido por sus consumidores, y tiene un equipo multidisciplinario y dotado de las habilidades necesarias para su desarrollo. Es decir, la compañía está asentada, ha comenzado a tener relevancia en el mercado y ahora busca nuevas vías para crecer.
Antes de aterrizar en otros mercados, es necesario definir una estrategia y capacitar al personal. Al fin y al cabo, es indispensable que los trabajadores conozcan profundamente el negocio para así venderlo a otros segmentos.
Para lograrlo, los colaboradores con liderazgo y próximos al CEO podrán acudir a programas de formación y a aceleradoras, que son compañías que se dedican a impulsar el proyecto empresarial y que ofrecen formación, mentoría e inversión para culminar esta etapa con éxito.
Recuerde: las empresas no deben tener un único líder. Es clave apoyarse en varios líderes para lidiar con los cambios.
De igual forma, en esta etapa es importante que el emprendedor se siente a investigar qué cambios se han dado en el mercado, con el fin de adaptarse o hacer las innovaciones para que los productos o servicios no queden desfasados. Así podrá seleccionar e identificar nuevos nichos de mercado, ubicaciones geográficas y posibles alianzas.
4. Asumir el control del proceso de transformación de startup a empresa consolidada
Esta etapa se conoce comúnmente como “salida”. Algunos síntomas de que la startup puede convertirse en una empresa es que su oferta de valor y su modelo de negocio están consolidados.
En ese momento surge un gran abanico de opciones: venta a otra compañía que quiera mejorar el producto o servicio, fusión con otra empresa u oferta de acciones o activos en bolsas de valores.
Ante tantas posibilidades, el emprendedor no deberá dejar que su deseo de ser popular dicte su estilo de liderazgo. Es momento de actuar como jefe y no como amigo. Como líder, las decisiones deben tomarse por el bien del negocio, no por lealtad o por miedo al desacuerdo de algún empleado, independientemente de su valor para la empresa.
El éxito de la compañía es lo más importante y todos deberán alinearse con ese objetivo. De lo contrario, el emprendedor podría comprometer la gestión empresarial y acabar con su propia autoridad.
Recuerda:
Si su empresa se encuentra en la transición de startup a empresa consolidada, o está a pocos pasos de hacerlo, debe tomar medidas de forma inmediata. Es difícil hacerlo luego, si se ha establecido otra forma de conducir a la empresa o se han consolidado malos hábitos.
El líder debe entender que las habilidades que le permitieron lanzar su startup no son las mismas que se necesitan para manejar una gran empresa. El liderazgo debe adaptarse a las situaciones que enfrente la empresa. Además, las habilidades para dirigir un gran negocio no son siempre innatas, en algunos casos se pueden y se deben aprender.
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Resumen: El crecimiento de un negocio está muy ligado al liderazgo de sus emprendedores. De hecho, el liderazgo es una habilidad indispensable en momentos de cambio: a medida que el negocio crece, los emprendedores deberán adaptarse y aprender a tomar las decisiones más idóneas.
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