Comunidades que crean innovación
En 2016 el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) puso en marcha los “Objetivos de Desarrollo Sostenible” (ODS), llamados también “Objetivos Mundiales”. Son 17 objetivos que hacen “un llamado universal a la adopción de medidas para poner fin a la pobreza, proteger el planeta y garantizar que todas las personas gocen de paz y prosperidad”. Para el PNUD, alcanzar estos objetivos no es tarea de unos pocos individuos: se requiere la colaboración de gobiernos, sector privado, sociedad civil y ciudadanos.
Desde entonces han ido en aumento los esfuerzos en todo el globo para alcanzar las metas del PNUD. Hoy encontramos una gran cantidad de información al respecto, en especial sobre ejemplos de lo que se hace para ayudar a los habitantes de países en vías de desarrollo, con sus carencias causadas por la pobreza.
Son muchos los ejemplos de grandes empresas que aportan su cuota social y de fundaciones, startups y pymes que han aprovechado la era de la sostenibilidad para impulsar cambios. Todos estos esfuerzos son meritorios, pero hay muchos olvidados. A muchas personas en todo el mundo su entorno las ha impulsado a buscar soluciones y a contribuir —intencionalmente o no— a ese trabajo colaborativo que demanda el PNUD.
Iniciativas que cambian vidas
A continuación compartiremos cinco proyectos exitosos por su innovación y capacidad de sortear las adversidades en poblaciones vulnerables.
Calentador de agua sustentable
Se trata de un sistema de dos puertas de cristal con mangueras de entrada y salida que se conectan a envases, botellas (a su vez interconectadas) y a una pequeña cisterna. El artefacto fue elaborado con materiales que Xóchitl Guadalupe Cruz López, una niña mexicana de 8 años, consiguió en la basura. La niña reside en una aldea vulnerable en Chiapas, México, donde sus habitantes cuentan con recursos muy limitados y adquirir un calentador es muy difícil. Ante la imposibilidad de comprar uno de estos artefactos, los residentes de la zona talan árboles para calentar agua y bañarse.
A Xóchitl le preocupaba la tala desmedida; por eso diseñó y construyó este calentador que funciona con energía solar. Esta innovación la ha hecho acreedora del “Premio de Ciencia Nuclear” del Instituto de Ciencias Nucleares de la Universidad Nacional Autónoma de México, un galardón que suelen recibir las mujeres inventoras más destacadas por su producción científica o sus aportes a las ciencias.
La lámpara Moser
Es una bombilla hecha con una botella plástica de dos litros, agua y un poco de cloro, una invención de Alfredo Moser, de la ciudad de Uberaba, al sur de Brasil. Tras varios apagones en la ciudad, Moser, que se desempeñaba como mecánico, ingenió la manera de obtener luz durante el día gracias a la refracción solar, e instaló el dispositivo en el techo de su casa con resina de poliéster para evitar goteras. La lámpara genera una luz de entre 40 y 60 vatios.
La idea de Moser ha sido inspiración para muchas personas en distintas naciones. Una de ellas es Illac Angelo Díaz, director de una fundación en Filipinas, donde un cuarto de su población vive en situación de pobreza extrema. De igual forma, Camilo Herrera, un emprendedor colombiano inspirado en esta idea y embajador de la fundación “Un litro de luz”, instaló estas lámparas en poblaciones vulnerables del país . Poco a poco ha evolucionado hasta el punto de diseñar un sistema de alumbrado público con postes que se alimentan de energía solar.
Para los postes utiliza un tubo de PVC, un panel solar, una botella de plástico, una bombilla LED y una batería de moto; con esto se garantiza una vida útil de 16 años. Desde 2016 se incorporaron un módem y un router a estos postes para brindar servicio de internet a las zonas rurales de Colombia. Este año las ONG Un litro de luz, Peace Boat y Zayed Sustainability Prize organizaron el “Vogaye of light”, un viaje para llevar a cabo acciones que reduzcan la pobreza energética en 23 países.
Cultivos de algas marinas en el Caribe
En Belice, debido a la deficiencia de la regulación gubernamental y la sobrepesca, se redujo considerablemente la cantidad de peces, de la cual dependía la comunidad de Placencia. La cooperativa local, al ver amenazado su medio de vida, experimentó con el cultivo de algas marinas, que absorben el exceso de nutrientes en el ecosistema y crean un hábitat natural para diversas especies marinas. El experimento funcionó tan bien que se desarrolló un modelo de negocio que condujo a otros, como la venta de batidos de algas.
La solución no solo se extendió al resto de Belice, sino a comunidades con problemas similares en Colombia y Cuba, y es inspiración para otras naciones costeras.
Cocinas mágicas
Son producto de la intención de reducir el uso de leña y disminuir el consumo de energía en comunidades rurales. Surgieron en Chile, se expandieron a Honduras, Uruguay y El Salvador. Las cocinas mágicas son hornos y secadores solares u hornos de arcilla, que retienen el calor y permiten que los alimentos se puedan seguir cocinando sin necesidad de estar en la estufa.
Al evitar la deforestación, las comunidades mejoran la salud de sus habitantes, pues previenen las enfermedades respiratorias en niños y ancianos causadas por la inhalación del humo de la madera. El impacto ha sido significativo ya que, con el Programa de Pequeñas Donaciones de las Naciones Unidas, se ha podido replicar el modelo y otras comunidades en Honduras, Uruguay y El Salvador quienes reciben capacitaciones de técnicos chilenos para construir e instalar sus propias ollas mágicas. Gracias a estas, las mujeres de las comunidades pueden dedicar tiempo a actividades educativas, familiares o de descanso.
El Parque de la papa
Muy cerca de la ciudad de Cuzco en Perú, se encuentra el reconocido Parque de la Papa, un patrimonio biocultural perteneciente a las comunidades indígenas de la zona –unos 6000 agricultores tradicionales– que les ha servido como medio de subsistencia por años. Estas comunidades han conservado la agro-diversidad de la zona para combatir el cambio climático de tal forma que se han ganado el respeto y la admiración de muchos países alrededor del mundo. Tanto así que, en 2010 se firmó un acuerdo entre las Comunidades del Parque de la Papa y el centro Internacional de la Papa.
En 2017, apoyados por el Programa de Pequeñas Donaciones de Naciones Unidas, Perú fue anfitrión del cuarto intercambio de conocimiento a nivel global de la red. En este evento, se reunieron más de 100 indígenas de comunidades montañosas de Bután, China, Papúa Nueva Guinea, Taiwán y China para aprender sobre planificación comunitaria y sistemas de gobernanza guiados por el concepto local que reza: “el bienestar depende del equilibrio y la reciprocidad entre las dimensiones sagradas, salvaje y domesticada.”
Recuerda:
Estos cinco casos son unos pocos de los muchos que vienen haciendo grandes aportes al planeta en las comunidades más vulnerables. Es tarea de todos destacar y reconocer el esfuerzo de quienes en su entorno, al utilizar o reutilizar sus recursos y su ingenio, crean soluciones innovadoras para responder a los problemas de su comunidad. Calentadores, lámparas solares, suministro eléctrico, cultivo de algas y cocinas mágicas son ejemplos que se expanden cada vez más y que contribuyen al desarrollo de las comunidades y a alcanzar las metas establecidas en los ODS para el año 2030.
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Resumen: Los países en vías de desarrollo sufren problemas como falta de suministro eléctrico y de agua potable, contaminación y pobreza, entre muchos otros. Pero los problemas no han tomado desprevenidas a las comunidades, muchas se preocupan por buscar soluciones innovadoras para enfrentar las dificultades más urgentes. Este artículo presenta cinco proyectos disruptivos.
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