Ética en tiempos del Covid-19

Opinion04-09-2020

Esta crisis representa una gran oportunidad para que las empresas capitalicemos las lecciones que nos ha traído esta coyuntura. Hemos aprendido que podemos hacer cosas con mayor velocidad, que no siempre necesitamos estar presentes en las oficinas para desempeñar nuestras funciones, que podemos balancear mejor nuestro tiempo entre la familia, el trabajo y otros intereses y que los viajes de negocios pueden ser reemplazados por reuniones virtuales, logrando eficiencias y contribuyendo a reducir las emisiones de carbono, entre otras cosas.

A la vez, enfrentamos una situación muy compleja en la que hay que implementar medidas necesarias para proteger la salud de todos y esto ha llevado a una desaceleración de la economía, hasta prácticamente apagarla. Millones de empresas alrededor del mundo revisan sus estrategias para lograr sobrevivir. Millones de personas, algunas con negocios independientes y otras que perdieron recientemente sus empleos, enfrentan la imposibilidad de generar los recursos que les permiten subsistir día tras día.  Impacto del covid-19 en el mercado laboral

Las decisiones que tienen que tomar las empresas y las personas generan una gran tensión. Por una parte, vemos como surgen presiones, oportunidades e incluso justificaciones para realizar actos incorrectos; por otra, somos testigos de un clamor para que todos actuemos con solidaridad y para que las empresas, en su interacción con empleados, proveedores, clientes y demás grupos de interés, demuestren su compromiso social. La forma en que cada actor aborde la situación incidirá en profundizar la ruptura del tejido social, ya de por sí debilitado por fenómenos como la desigualdad y la corrupción, o en su fortalecimiento en torno a vínculos creados por una genuina solidaridad. 

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Hoy más que nunca, debemos estar alertas al surgimiento de dilemas éticos que quizás podrían pasar inadvertidos o simplemente ser ignorados por la necesidad de reaccionar con agilidad, las presiones propias que vivimos por el impacto de la crisis, la incertidumbre o la ansiedad frente a los cambios. Ser conscientes de estos dilemas y las consecuencias que traerán las decisiones que tomemos frente a estos, es crítico. Solo ello nos permitirá actuar de manera coherente con el propósito superior que nos hemos trazado.

En estas semanas hemos sido testigos de la entrega de muchos colegas que han trabajado de manera incansable para atender la crisis. Hemos conocido historias conmovedoras en las que se descubre el verdadero compromiso con las empresas. Eso es un ejemplo de ética, que refleja una cultura solidaria opuesta a la propagada cultura del vivo, a la cultura de cuidar solamente los propios intereses o a la de ofrecer solo lo que a uno le sobra, esa cultura que tanto daño le ha hecho a Colombia.

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