No deje que la ansiedad sabotee su próxima presentación

Harvard Business School Publishing Corp.05-08-2021

¿Cuántas veces se ha sentido abrumado de ansiedad justo antes de dar una presentación importante?
Cuando todos los ojos están sobre nosotros nos sentimos más inciertos y expuestos. Nuestros instintos de pelear o huir se activan, y hacemos lo que es natural para proteger nuestro bienestar. Si experimentamos ansiedad social, quizá evitemos el contacto visual. Si tememos que se nos pida algo en ese momento, quizá creemos una interminable presentación de PowerPoint.

Durante casi dos décadas hablando en público, he aprendido que si quiere derrotar a la ansiedad, necesita dejar de enfocarse en sí mismo y dirigir su atención hacia afuera. Este cambio no es algo que suceda instantáneamente. Requiere tiempo, paciencia y práctica.
He aquí cómo comenzar:

• — ENTREGUE EN LUGAR DE TOMAR: Hay una gran diferencia entre los presentadores que son capaces de “entregar” y los que son “tomadores”. Los tomadores quieren y necesitan la validación de sus oyentes, y tienden a experimentar más ansiedad. Se preguntan: ¿Le gustaré al público? ¿Me prestarán atención? ¿Encontrarán mis chistes divertidos?
  
  Por el contrario, los quienes entregan se centran en el servicio. Trabajan de antemano para conectar con las partes interesadas y utilizan la información que reciben para abordar las necesidades de su público. Como resultado, pueden hablar con confianza acerca de puntos de dolor específicos, y enfocan su presentación en ayudar a las otras personas a crecer.
   
• — CONSTRUYA RELACIONES ANTES DE HABLAR: Si quiere convertir su presentación en un acto de servicio, necesita hablar con las personas de la sala antes de empezar su presentación. Elija entre tres y cinco líderes influyentes que estarán en su audiencia y reúnase con ellos antes de su presentación. Trate de usar estas conversaciones para conocer las preocupaciones y objetivos de sus interlocutores en torno al tema que usted presentará. A medida que se prepare, y en tanto sea apropiado, incorpore estos hallazgos a su presentación.
  
  Cuando llegue el momento de presentar en la sala, dirija su atención hacia esos líderes. Ello lo ayudará a desplazar su atención hacia el exterior, de usted mismo hacia la audiencia, y como resultado, aliviará parte de sus nervios. Además, se ganará la confianza y el respeto de sus compañeros al demostrar que es consciente de los problemas a los que se enfrenta el grupo y tiene ideas sobre cómo resolverlos.
   
• — DEJE DE ESCANEAR, EMPIECE A VER: Todos hemos estado ahí, de pie frente a una sala, a punto de comenzar nuestra presentación, y entonces todo se vuelve blanco. Nuestros ojos escudriñan al público, pero no vemos a nadie. En un ataque de ansiedad, nos entra el pánico.
  
  Si quiere calmar los nervios, intente encontrar cinco personas a las que pueda mirar fijamente entre la multitud. Esto lo ayudará a sentir que está manteniendo varias conversaciones personales. Intente utilizar todo el espacio; la gente de atrás y de los lados de la sala agradecerá su atención.

Hablar en público puede ser una experiencia angustiosa. Como todo, cuanto más practique la oratoria, más fuertes serán sus músculos de presentación. Pronto será capaz de transformar su ansiedad en un entusiasmo contagioso que lo ayudará a establecer una conexión significativa con su público.

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