Waze es una aplicación de tránsito y navegación que permite, entre otras cosas, conocer la mejor ruta para una dirección concreta. Es líder en el mercado, por ofrecer algo en lo que otras apps con función similar como Google Maps no son tan precisas: conocer el estado de las vías en tiempo real para sortear el congestionamiento vehicular.
No siempre fue concebida para resolver este problema; esta es la historia de Waze y de los cambios que realizó para adaptarse a su audiencia:
Los principales usos de Waze
Proporcionar rutas de navegación más rápidas. Utiliza datos de los usuarios (reportes de controles de velocidad, accidentes, atascos de tráfico) para conseguirlo. Los datos se envían automáticamente a medida que los usuarios conducen (utilizando velocidades determinadas por las señales de GPS) y se pueden ingresar manualmente en la app.
Monitoreo. Al vincularse con redes sociales, como Facebook o Twitter, los usuarios tienen la posibilidad de compartir actualizaciones de dónde están y qué tan lejos se encuentran de su destino. Ello evita que los conductores envíen mensajes para reportar su ubicación mientras manejan.
Por ejemplo, tienen la posibilidad de agregar a sus amigos para que puedan seguirse unos a otros en un viaje, o facilitar encuentros casuales si un amigo aparece cerca de un usuario de Waze. La aplicación también se conecta a Facebook y Google Calendar para encontrar direcciones de eventos.
Recomendaciones. Se puede utilizar para encontrar restaurantes, cafeterías, alojamientos y estaciones de gasolina recomendadas por la comunidad a lo largo de la ruta. La búsqueda de una estación de servicio es particularmente útil porque refleja cuántos minutos perderá en cada una de ellas y el precio que está cobrando actualmente por la gasolina.
Además, la aplicación se va alimentando y actualizando de los diferentes usuarios y puede decirles cómo se verán afectados su viajes por el tráfico, en función de su hora de salida. Así calcula la ruta perfecta para salir a una hora determinada.
¿Qué ayudó a Waze a superar los obstáculos y convertirse en la aplicación de tránsito más importante del mercado?
Su enfoque disruptivo. En palabras de Levine, “enamorarse del problema y no de la solución”. Todos los antecedentes de la aplicación tenían como premisa la creación de mapas, un proyecto que se estancaba por la dificultad de comprarlos o crearlos, y que no se concentraba en la necesidad de un mercado.
En cambio, si conseguían un problema (como la falta de información actualizada sobre el tránsito y las rutas) y ofrecían una solución que iba a beneficiar a los usuarios, estos sí iban a estar interesados en colaborar con la aplicación para construir mapas colaborativos. Los fundadores identificaron el congestionamiento vehicular, un problema que los afecta cotidianamente y les hace perder horas productivas. “Cuando el usuario conduce empleando Waze, no solo la aplicación lo ayuda a él sino que ayuda al resto a detectar y evitar el tráfico”, afirma Levine.
Ahora no son una aplicación de mapas sino una red social de conductores que se apoyan mutuamente para compartir rutas alternas y alertar sobre cualquier obstáculo en el camino. En la actualidad, ayuda a 300 millones de usuarios en todo el mundo a lidiar con el tráfico.
Recuerda:
Los fundadores de Waze descubrieron qué era lo que tenían que hacer para conseguir el éxito de la aplicación y atraer inversionistas: hallar qué necesitaban los usuarios para entregarles una solución y retroalimentarse. La aplicación conseguía mapas e información en tiempo real a cambio de que los usuarios pudieran encontrar dicha información organizada en una interfaz y así tomar decisiones que les permitieran esquivar el tráfico.
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