5 beneficios de la Ley Naranja para los emprendedores colombianos
El primer concepto de economía que se basa en la cultura y en la propiedad intelectual para la creación de bienes y servicios, que en su mayoría provienen de las industrias culturales (como medios de comunicación, artes, tecnología, etcétera), fue desarrollado por el autor británico John Howkins en el 2001, quien le dio el nombre de economía creativa y quien ahora es visto como un padre en esta materia.
Posteriormente, en 2013, Felipe Buitrago e Iván Duque acuñaron el término economía naranja y la definieron como el “conjunto de actividades que de manera encadenada permiten que las ideas se transformen en bienes y servicios culturales, teniendo el talento y la creatividad como insumos principales” en el libro ‘La economía naranja, una oportunidad infinita’, publicado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) ese mismo año.
En otras palabras, la economía naranja o economía creativa utiliza la creatividad, la cultura y la innovación para generar bienes y servicios capaces de producir beneficios sociales y económicos. Las industrias creativas son muchas: arquitectura, artes visuales, artes escénicas, cine, diseño, industrial editorial, investigación científica, moda, música, publicidad, industrias audiovisuales, nuevas tecnologías, entre otras, todas protegidas por derechos de propiedad intelectual.
En Colombia, durante 2017, la economía naranja representó 3,3% del PIB, por encima de sectores como el minero (2,2%) y el cafetero (0,8%). Es una proporción importante de la economía, en un país en el que al petróleo le corresponde 7,5% del PIB. Además, según el Ministerio de Tecnologías de la Información y Comunicación, genera 1,1 millones de empleos directos e indirectos.
En el mundo, la economía naranja aporta 3% del PIB (equivalente a más de 2,25 billones de dólares) y 30 millones de empleos, de acuerdo con datos de 2015 de la Confederación Internacional de Sociedades de Autores y Compositores (CISAC). En Latinoamérica este sector contribuye con 6% del PIB de la región, y es muy importante en Argentina, México, Brasil y Colombia.
Aprobación de la Ley Naranja el 23 de mayo de 2017
La Ley Naranja (o Ley 1834) se aprobó en 2017 con el objetivo de fomentar, incentivar y proteger las industrias creativas colombianas y concederles mayor relevancia en la economía nacional. Es la primera de este tipo en Latinoamérica y la tercera en el mundo.
El principal objetivo de esta ley es mejorar los mecanismos de financiación, de manera que los emprendedores culturales y creativos puedan contar con créditos de largo plazo y en mejores condiciones. En la ley se establece una política de incentivos y facilidades que vincula a los ministerios de Hacienda, Trabajo, Educación, Comercio, Interior y Tecnologías de la Información y Comunicaciones; y a la Dirección Nacional de Planeación, el Dane, el Sena, la Dirección de Derechos de Autor y Findeter.
Asimismo, la Ley 1834 abre la posibilidad de que se empleen nuevas formas de capital semilla, especialmente en los emprendimientos que se encuentran en etapas tempranas de desarrollo, y perfecciona mecanismos alternativos de financiamiento como el crowdfunding.
¿Cómo pretende lograrlo el Estado? Trabajará con el sector privado para proteger los derechos de los creadores y ofrecerá incentivos fiscales para personas naturales y jurídicas que promuevan, patrocinen y auspicien las actividades de la economía naranja.
Beneficios de la Ley Naranja para los emprendedores
Esta ley no tendría sentido sin la participación de los emprendedores: los que crean los bienes y servicios culturales, y gestionan las industrias creativas. Para lograr que los creativos le saquen provecho a su nueva política, el Gobierno ha desarrollado varias estrategias contenidas en esta ley:
1. Creación de líneas de crédito para emprendimientos creativos. Serán otorgadas por el Banco de Desarrollo Empresarial y Comercio Exterior (Bancoldex), por intermedio de la Unidad de Desarrollo e Innovación (iNNpulsa Colombia) y del Fondo Emprender del Servicio Nacional de Aprendizaje (Sena). Esta línea será de más de 150 millones de dólares, “para apoyar a los emprendedores creativos del país, para sus desarrollos empresariales, en condiciones de plazo y tasa que son muy favorables y muy competitivas”, señaló el presidente Iván Duque.
2. Ejecución de la ley de financiamiento. Con ella se aprobó la exención del impuesto sobre la renta por cinco años para los nuevos emprendedores que inviertan en la economía naranja y creen un mínimo de empleos. Esta medida incluye “la deducción del ciento por ciento del IVA pagado en la importación, formación, construcción o adquisición de activos fijos; disminución gradual de la tarifa de renta presuntiva de 3,5% a 3% en 2019, 1,5% en 2020 y 0% en 2021”, según lo publicado por el diario El Tiempo en noviembre de 2018.
3. Consolidación del sello “Creado en Colombia”. El objetivo de este sello es promover — con la ayuda de Procolombia y la Marca País Colombia— los bienes y servicios culturales y científicos creados en el país, de manera de impulsar las industrias creativas nacionales.
4. Programas para fortalecer. Un ejemplo de estos programas es “Manufactura Inteligente”, de iNNpulsa Colombia y MinComercio, que promueve que las pymes del sector manufacturero adopten tecnologías emergentes, como big data, impresión 3D, Inteligencia Artificial, Internet de las Cosas, robótica y sistemas de realidad aumentada y virtual, entre otras.
iNNpulsa —entidad del Ministerio de Comercio de Colombia encargada de promover el emprendimiento, la innovación y el desarrollo empresarial— cuenta además con un programa de tutores y mentores para acelerar el modelo de negocio de los emprendimientos y las startups relacionados con las industrias creativas.
5. Promoción de la formación en las disciplinas consideradas culturales y creativas. Los emprendedores contarán con el respaldo económico del Gobierno si desean hacer estudios relacionados con la cultura y la creatividad. Para ello, el Estado prevé incrementar las becas y los créditos.
Latinoamérica ha sido considerada “territorio naranja” por el avance de sus industrias creativas y por la apuesta hecha por países como Argentina o Colombia para potenciarlas. En lo que respecta a Colombia, la economía naranja tiene potencial para convertirse en alternativa a los ingresos petroleros.
Recuerda:
En entrevista con la revista Arcadia, el presidente Duque se refirió a la economía naranja en estos términos: “Este sector aporta más al PIB que la minería o que el café, según los datos de la OMPI, y eso muestra que si le damos el papel protagónico estamos ante un sector que cada día tomará más fuerza. Es una economía limpia y con gran impacto social, además de ser una avenida a la sociedad del conocimiento”.
Los avances legislativos y de políticas públicas del Estado colombiano relacionados con la economía naranja han sido significativos. El objetivo es que, para 2022, el país sea una referencia mundial en innovación e industrias culturales y creativas. El principal objetivo es duplicar la participación de las industrias culturales en el PIB colombiano, de 3% a 6%, lo que las acercaría al petróleo como principal fuente de creación de riqueza.
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Resumen: El gobierno colombiano está consciente de la contribución de las industrias culturales y creativas al desarrollo económico del país, así como de los beneficios que la población obtiene de ellas. De allí que haya promulgado la Ley 1834, con el objetivo de fortalecer la economía naranja y las actividades relacionadas con el talento y la creatividad.
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