Diario de la pandemia de un director ejecutivo de Napa

The New York Times Company06-10-2020

“El vino se comercializa como algo lujoso, incluso un pinot grigio básico”, comentó. “Sin embargo, a las personas de color no se nos asocia con eso”.

Hace dieciocho meses, McCoy se convirtió en el primer afroestadounidense a cargo de una bodega importante cuando fue contratado para dirigir Heitz, cuyo cabernet sauvignon Martha’s Vineyard de 1974 es considerado uno de los mejores vinos que se han embotellado en California. Lo convenció de unirse a Heitz el multimillonario agricultor de Arkansas Gaylon Lawrence Jr., quien compró el viñedo en 2018. Los dos se conocieron en el hotel The Little Nell en Aspen, Colorado, donde McCoy dirigía el aclamado programa de vinos del hotel.

“Gaylon había hecho una reservación en la bodega, donde yo había creado una especie de salón un tanto clandestino en el que solo escuchábamos música de A Tribe Called Quest”, dijo McCoy. “Pasé solo a saludar y terminamos conversando durante cuatro horas mientras bebíamos un Petrus 1990 y un DRC Grands Échezeaux del 2002”.

McCoy creció en una familia extendida multigeneracional donde no se tomaba vino. “Mi abuelo, quien venía del sur, solía comprarle dos galones de licor casero de maíz a un amigo suyo cada año”, relató. “Y mi abuela era una predicadora. No bebía ni una sola gota”.

Tras ganar un concurso de cocina en su ciudad cuando iba en preparatoria con una pechuga de pollo cocida a fuego lento acompañada de verduras primaverales torneadas y una salsa velouté de hierbas, McCoy asistió al Culinary Institute of America y luego trabajó en restaurantes de primer nivel como Per Se y Aquavit mientras estudiaba para obtener su certificado de sumiller. Después de graduarse como uno de los cuatro mejores alumnos de su clase, pasó a ocupar uno de los puestos más prestigiosos en el mundo del vino: director del programa vitivinícola en The Little Nell.

La pandemia llegó en un momento particularmente inoportuno para Heitz, que estaba a tres meses de reabrir su salón de degustación. McCoy no despidió a ninguno de los 52 empleados de la bodega, pero sí puso varias condiciones para la nueva forma de trabajo: nada de reuniones por Zoom (“No tengo palabras para expresar lo mucho que detesto la cultura Zoom”, señaló. “Necesito hacer contacto visual y observar el lenguaje corporal”), los correos electrónicos internos no podían tener más de cinco oraciones y era obligatorio hacer dos sugerencias al día para mejorar Heitz.

Según dijo, la peor idea que recibió fue volver a embotellar el vino existente con nuevas etiquetas y precios más altos, “algo que sucede en la industria del vino todo el tiempo”. Dijo que la mejor idea fue tan buena que no podía compartirla en público.

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MARTES

• 6 a. m. Soy una rareza en la industria de alimentos y bebidas: una persona matutina. Me gusta comenzar el día corriendo. Correr me da una claridad mental que no puedo obtener de ninguna otra manera. Además, vivo cerca de una de nuestras propiedades en el valle de Napa, Hayne Vineyard, y me gusta pasar por ahí y observar en qué parte de su ciclo se encuentran las vides. Si necesito un pequeño empujón, escucho a Rick Ross.
   
• 9 a. m. Mi primera reunión del día suele ser con nuestro director financiero, quien, al igual que la mayoría de nuestro personal, no pasa de los 40 años. Conversamos sobre estrategias y el panorama general. Heitz es una compañía vinícola histórica, pero una de las cosas que estamos intentando hacer es darle un giro más accesible, que sea un lugar donde los jóvenes puedan interactuar con vinos clásicos de “abolengo”, de excelencia comprobada.
   
• 3 p. m. Intercambio mensajes de texto con uno de mis mentores, Maverick Carter, el director ejecutivo de SpringHill Entertainment, quien también es el administrador de los negocios de LeBron James. Maverick comenzó siendo un cliente mío de vinos en The Little Nell y luego se convirtió en mi amigo. Los afroestadounidenses que logramos salir de la pobreza somos un poco como una isla, y conforme más he avanzado en mi carrera, he encontrado cada vez menos personas de color a mi alrededor. Maverick y yo conectamos en cuanto a música, comida, negocios y a los acontecimientos actuales del país. Nos enviamos más mensajes de texto de lo que conversamos ya que ambos tenemos siempre muchos compromisos.
   
• 4 p. m. Subo una historia de Instagram sobre mi abuela, quien me crio y ha estado en mi mente últimamente por las protestas. Cuando me gradué de la escuela culinaria, mi abuela me dijo que tenía que cortarme el cabello, cambiar mi forma de hablar y vestir ropa nueva. Decir eso fue doloroso para ella. Sin embargo, siempre inculcó un sentido de orgullo por nuestra cultura, comida, música y manera de ser. Entendía que, aunque este país estaba lejos de ser perfecto, seguía siendo nuestro país.

MIÉRCOLES

• 5 a. m.No podría vivir sin café. Prefiero un sabor amargo, de tueste profundo, y me pasaría todo el día investigando a los pequeños tostadores capaces de lograrlo si pudiera. Pero, como eso no es posible, estoy suscrito al Trade Coffee Club y recibo mis granos a domicilio. El punto es la eficiencia. El Rise and Shine de Greater Goods es una marca que disfruto. Mi máquina es una JURA Impressa Superautomatic A9.
   
• 10 a. m.Todas las mañanas me reúno con nuestro equipo de agricultores para discutir asuntos como el manejo del dosel. No se puede hacer un gran vino sin una gran agricultura, y Brenna Quigley, una joven geóloga de Santa Bárbara, está haciendo algunos estudios de nuestros viñedos para que podamos desarrollar planes agrícolas más específicos para el suelo que tenemos. Las bodegas tienden a contratar consultores europeos, pero yo prefiero trabajar con estadounidenses. Tenemos demasiado talento increíble aquí. En todo caso, los europeos están aprendiendo de nosotros ahora que, debido al cambio climático, en Borgoña también se está cociendo el vino.
   
• Mediodía.Dos horas de reuniones sobre branding. Este verano vamos a presentar una nueva línea llamada Brendel, en honor a Leon Brendel, un legendario vinicultor conocido por cultivar variedades extravagantes como la grignolino. También vamos a presentar Ink Grade, bautizada así por uno de los viñedos más antiguos, pintorescos y de mayor altitud en el valle de Napa. Ink Grade es más un vino para añejar, a diferencia de Brendel, que es un vino para beber todos los días.

JUEVES

• 6 a. m. Realizo una sesión de spinning en línea con Aaron Hines, un entrenador que conocí en su estudio Cycle House en Los Ángeles. La música es increíble y, aunque tiene una clientela muy famosa, te exige y no te descuida.
   
• 10 a. m.Una llamada para reportarle a Gaylon, el dueño. La mayoría de los propietarios de bodegas tienen problemas para identificar su propio vino, y ciertamente no tienen ningún interés por la agricultura. Gaylon es un granjero. Él preferiría estar caminando entre los cultivos o conduciendo un tractor. En marzo, cuando se empezó a notar el impacto de la pandemia, volé a Arkansas para verlo. Pasamos tres días revisando cada detalle del negocio.
   
• 4 p. m. Una reunión de Zoom tensa pero al final fructífera con Hue Society, una organización dedicada a la diversificación de la cultura del vino. Todos queremos retribuirle a la comunidad, pero cuesta llegar a un consenso sobre cómo hacerlo. En lo personal, me gustaría centrarme en la inserción laboral y la educación. El resultado de esta llamada fue que vamos a crear una nueva división en la organización que se llamará Roots Fund, la cual financiará becas para la comunidad negra relacionadas con el vino que incluirán puestos de trabajo garantizados tras la formación. Ya tenemos acuerdos verbales con veinte bodegas.

VIERNES

• 5 a. m. Tengo mucha energía; mi mente trabaja rápido y hablo rápido. Así que, para el alivio de quienes me conocen, he adoptado recientemente la meditación como parte de mi rutina matutina. Uso la aplicación Calm; pensé que, si era lo suficientemente buena para LeBron, ¿por qué no lo sería para mí? Me ha vuelto más eficaz, lo cual es algo primordial ya que mi trabajo actual consiste en gestionar el tiempo.
   
• 6 a. m. Si estás cultivando de la manera correcta, deberías despertar asustado todos los días. El suelo del valle de Napa tal vez sea el más diverso del mundo, y tratar de comprender todas las variables, ya sean los pies de vid, la humedad o los efectos del cambio climático, es una lección de humildad. Hoy caminé por Ink Grade con el director de operaciones, lo que puede ser aterrador para aquellos a quienes nos gusta entender bien las cosas, ya que tiene hileras de vides que miran al norte, al sur y al este, y se recibe luz del sol de todas esas direcciones. Es complicado, pero esa es la realidad de lidiar con la naturaleza.
• Mediodía.Acabamos de anunciar que el Día de la Liberación (Juneteenth) será un día festivo remunerado para todas las personas en nuestras compañías.
   
• 2 p. m. Me uno a una teleconferencia con la Corte de Maestros Sumilleres, una organización que certifica a los profesionales del vino, la cual es noticia esta semana debido a acusaciones de que no es inclusiva (la corte acordó eliminar el uso de la palabra “maestro”, la cual es ofensiva para los afroestadounidenses). Estas son conversaciones reales, no reuniones en las que la gente se calma con donaciones. Tenemos que cambiar todo en el sector de la hostelería, desde el camarero en un restaurante elegante que les ofrece a los clientes negros un servicio de calidad inferior por la suposición de que no le darán propina hasta la manera en la que algunos reaccionan cuando entran a una tienda de vinos y los atiende una persona de color.
   
• 5:30 p. m. Voy tarde a preparar la cena para mi novia, la enóloga Maya Dalla Valle, y algunas otras personas relacionadas con la industria. Maya y yo crecimos en familias amantes de la comida y la convivencia: la de ella es italiana y japonesa, la mía es básicamente la que sale en la película “Soul Food”, por lo que estamos en nuestro elemento. Algo curioso de las personas de la industria del vino es que cuando vas a sus casas, rara vez sirven su propio vino. Pero a mí me encanta servir Heitz, así que abrimos un Quartz Creek Chardonnay 2018 de Oak Knoll y un Brendel Cuvée Blanche 2019. Sin embargo, no hablamos al respecto. El vino debe estar en la mesa, pero nunca deber ser el invitado de honor.

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