El nuevo trabajo en Silicon Valley que te hará rico más rápido: criptoempresas emergente

The New York Times Company30-12-2021

Cuando Sandy Carter renunció a su empleo como vicepresidenta de la unidad de computación en la nube de Amazon en diciembre, anunció en una publicación de LinkedIn que se integraría a una empresa tecnológica de criptografía. Adjuntó un vínculo a las ofertas de empleo de la empresa emergente.

En solo dos días, dijo, más de 350 personas —muchas de las cuales trabajaban para las mayores compañías de internet— habían dado clic en el vínculo y solicitado empleo en la empresa, Unstoppable Domains. Esta empresa emergente vende direcciones de sitio web que se encuentran en la cadena de bloques, el sistema de libro mayor distribuido que sirve de base para las criptomonedas.

“Es la tormenta perfecta”, dijo Carter. “El impulso que vemos en este espacio es absolutamente increíble”.

Carter forma parte de una oleada de ejecutivos e ingenieros dispuestos a abandonar empleos acomodados en Google, Amazon, Apple y otras grandes empresas tecnológicas —algunos de los cuales pagan compensaciones anuales de millones de dólares— para ir tras una oportunidad que consideran única en esta generación. Esa gran oportunidad de moda es la criptografía, dijeron, designación que abarca desde monedas digitales como el bitcóin hasta productos como los tokens no fungibles (NFT, por su sigla en inglés) basados en la cadena de bloques.

En Silicon Valley ahora abundan las historias sobre personas que transformaron inversiones en criptografía aparentemente ridículas como Dogecoin, moneda digital basada en el meme de un perro, en un patrimonio de gran magnitud. Bitcoin ha subido de precio alrededor de un 60 por ciento este año, mientras que el ether, la criptomoneda ligada a la cadena de bloques de Ethereum, ha quintuplicado su valor.

No obstante, el alboroto no se reduce al frenesí especulativo. Cada vez más de las mejores y más brillantes mentes de la industria tecnológica reconocen que se trata de un momento transformativo, de esos que se presentan solo una vez en décadas y les trae enormes recompensas a quienes son capaces de vislumbrar el cambio sísmico antes que el resto del mundo. En el caso de la criptografía, observan paralelos históricos con la forma en que se ridiculizó a la computadora personal y a internet, que terminaron por voltear de cabeza el “statu quo” y forjar una nueva generación de multimillonarios.

También los inversionistas se han volcado en el sector. Invirtieron más de 28.000 millones de dólares en empresas emergentes globales de criptografía y cadena de bloques en 2021, el cuádruple de su inversión total en 2020, según PitchBook, firma dedicada a monitorear inversiones privadas. Más de 3000 millones de dólares se invirtieron tan solo en empresas de NFT .

La criptografía, a la que se identifica también con el nombre web3, menos cargado de sobresaltos, quizá no sea muy distinta a otras burbujas especulativas del pasado, como las hipotecas de alto riesgo o la tulipomanía del siglo XVII, comentaron los escépticos. Gran parte de la obsesión, en su opinión, nace del deseo de convertirse en millonario de la noche a la mañana con solo negociar con una clase de activos que parece depender de bromas en internet.

Sin embargo, las huestes de verdaderos creyentes, que no dejan de multiplicarse, están convencidos de que la criptografía puede cambiar el mundo por completo, pues tiene la capacidad de crear un internet más descentralizado que no esté bajo el control de un puñado de empresas. Si bien la posibilidad ha existido desde el surgimiento de Bitcoin en 2009, productos de criptografía como los NFT apenas comenzaron a filtrarse a la gente común y corriente este año. Esto ha acelerado el éxodo de las gigantes tecnológicas al criptomundo.

En diciembre, Brian Roberts, director de Finanzas de Lyft, salió de la empresa de viajes compartidos para integrarse a OpenSea, una popular empresa emergente de criptografía.

En noviembre, Jack Dorsey se retiró de su cargo como director ejecutivo de Twitter para dedicarles más tiempo a sus proyectos de criptomoneda y web3 en su otra empresa, Square. En alusión a la cadena de bloques, Dorsey además cambió el nombre de Square a Block.

También David Marcus, director de proyectos de criptomoneda en Meta, la controladora de Facebook, anunció su salida para finales de 2021, pues planea seguir su “ADN emprendedor”. Marcus, de 48 años, planea trabajar en su propio proyecto de criptomoneda, según dijeron dos personas que conocen sus planes.

Marcus no quiso hacer comentarios; tampoco lo hizo un vocero de Meta.

El encanto de la criptografía ha sido tan irresistible que algunas de las mayores empresas tecnológicas batallan para retener a sus empleados. En Google, el tema de conservar a los empleados (y no perderlos frente a las empresas de criptografía) adquirió tal importancia que se incluyó en el orden del día para las juntas de cada lunes de Sundar Pichai, el director ejecutivo, y sus colaboradores más cercanos, según informaron dos personas con conocimiento de esas conversaciones.

Además, Google comenzó a ofrecer acciones adicionales a los empleados en áreas de la empresa que parecían correr el peligro de robo de personal, afirmaron las mismas personas. Google se negó a hacer comentarios.

A diferencia de Meta, que le abrió las puertas a la criptografía, Google se ha mostrado renuente a sumarse al movimiento. Por su parte, los empleados de Google han visto de primera mano las oportunidades que ofrece la criptografía, pues Surojit Chatterjee, uno de los vicepresidentes, abandonó la empresa el año pasado para asumir el cargo de director de productos en Coinbase, una de las mayores plataformas de compraventa de criptomonedas.

Cuando Coinbase salió a bolsa en abril, el valor de la participación de Chatterjee en la empresa aumentó a más de 600 millones de dólares. Después de solo 14 meses en ese trabajo.

La impresionante escala de la riqueza generada en el sector de criptografía ha causado entre muchos expertos en tecnología el temor de estarse perdiendo de algo (conocido como FOMO, por su sigla en inglés), en especial aquellos cuyas amistades compraron bitcoines hace varios años y ahora son muy adineradas.

Han proliferado las empresas tecnológicas concentradas en la cadena de bloques: hay plataformas de compraventa de criptomonedas como Bitpanda, Gemini y CoinList; compañías de NFT y obras de arte coleccionables como OpenSea y Dapper Labs; y empresas de infraestructura como Dfinity y Alchemy.

Parte de la fuga de cerebros al sector de criptografía también se ha debido a inquietudes de los propios empleados en torno al control y dominio de las grandes compañías tecnológicas. Muchos de ellos se integraron a Google, Facebook y otras de esas empresas con la intención de crear algo nuevo, pero se toparon con burocracia y reacciones negativas por trabajar con las gigantes.

Por si fuera poco, quienes le dan la espalda a un salario de las gigantes tecnológicas no tienen que esperar tanto para que les reditúe el cambio a una empresa emergente de criptografía como aquellos que trabajan en empresas emergentes tecnológicas tradicionales.

Aunque es cierto que, en general, los empleados aceptan un salario más reducido en las empresas emergentes tecnológicas con la esperanza de que las acciones se disparen algún día, quienes trabajan en las empresas emergentes del criptomundo tienen “liquidez”, o la capacidad de cobrar sus acciones, en un periodo mucho más corto. Por lo regular, pueden hacerlo con solo cambiar las criptomonedas de sus empresas, según Dan McCarthy, quien trabaja en el área de reclutamiento para la firma de inversiones Paradigm y ha escrito sobre las posibles ventajas de las empresas emergentes de criptografía para los empleados dedicados a la tecnología.

En algunos casos, las empresas emergentes del sector de criptografía ofrecen paquetes de compensación equiparables a los de las mayores firmas tecnológicas debido a la facilidad con que los empleados pueden convertir en efectivo los “vales” de su empresa (o la criptomoneda que respalde a la empresa emergente).

Carter, la exvicepresidenta de Amazon, comentó que a las personas les interesa trabajar en estas empresas por otros motivos además del dinero. A algunos les atrae la ética de la web3, que busca descentralizar el poder y la toma de decisiones. Además, es una alternativa distinta de Google y Facebook, que lograron dominar internet gracias a que les sacaron datos personales a los usuarios para vender anuncios dirigidos.

Carter señaló que había un gran interés en torno a la web3 en Amazon, pero no recluta ahí porque convino en no hacerles ofertas a sus antiguos colegas.

¿Entonces, continuará el éxodo de empleados tecnológicos a las criptoempresas?

“La respuesta es: ‘Claro que sí’”, dijo. “Es el momento perfecto para subir a bordo”.

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