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Impactos del fenómeno de La Niña en sectores económicos de Colombia

Actualidad economica y sectorial25-06-2024

Tiempo de lectura: 7 minutos

Por Equipo editorial Capital Inteligente
Grupo Bancolombia

Impactos del fenómeno de La Niña en la economía colombiana

De acuerdo con las proyecciones del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), luego de un fuerte Niño que vivió Colombia desde abril de 2023, el país atravesará su primera temporada de lluvias de 2024 con una probabilidad del 70 % de que este se intensifique entre julio, agosto y septiembre.

A su vez, entidades como la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA) y la Universidad de Columbia en Estados Unidos han coincidido en que la segunda mitad del año será el periodo en el que el fenómeno de La Niña se convierta en el suceso más probable (hasta más del 80 %). 
 

Probabilidades de eventos climáticos

En tanto, la Dirección de Investigaciones Económicas, Sectoriales y de Mercado de Bancolombia en un nuevo informe Enfoque: fenómenos climáticos detalla algunos de los efectos tangibles que se han observado a la fecha en las variables macroeconómicas y en sectores claves como la agricultura y la energía. Así mismo, bajo sus estimaciones, La Niña llegaría a su pico entre octubre y noviembre de 2024. 

El análisis expresa que aunque El Niño tiende a tener un impacto más negativo sobre la economía en su conjunto (efecto neto sobre producción del agro, impacto en inflación, riesgo de racionamiento), existen matices a considerar, como los tipos de cosechas y lugares geográficos —entre otros—, por lo que el reto de anticipar y planificar de cara a cada fenómeno será un desafío creciente.

Primeros análisis y proyecciones

Bancolombia destaca que: “una eventual Niña a cierre de año favorecería la senda de convergencia de la inflación. Luego de las actuales presiones al alza provenientes de El Niño, los precios encontrarían un contexto más oportuno para su descenso en la medida que las lluvias jugarían a favor de la oferta de alimentos y los niveles en los embalses. Esto posiciona a La Niña como riesgo bajista de cara a la evolución futura de la inflación”.

Esto, en línea con el análisis del Banco de la República que sugiere que El Niño acelera el ritmo de crecimiento de los precios, mientras que, La Niña, por su lado, permite un comportamiento menos desafiante. 

“Nuestros resultados, después de aislar el comportamiento de la inflación de choques exógenos internacionales, concluyen que un fenómeno de El Niño es consistente con una inflación total, de alimentos y de energía superior a la de períodos de normalidad climática. La inflación total es 1,6 pp más alta, mientras que la de alimentos y de energía son 1,0 pp y 1,5 pp más elevadas”, apunta la entidad. 

Inflación promedio en Colombia durante fenómenos climáticos

A su vez, bajo la misma metodología, Bancolombia agrega que la inflación a lo largo de períodos de ocurrencia moderada de La Niña suele ser menor respecto a la normalidad climática y, por tanto, todavía más inferior respecto a periodos de El Niño. El racional detrás reside en que el aumento en las lluvias favorece en términos generales la oferta de alimentos y el nivel de los embalses, lo que se traduce en beneficios para el indicador agregado.

En relación con el agro, se destaca que este es, sin duda, uno de los más afectados por las condiciones climáticas extremas. Dependiendo de si son meses con La Niña o El Niño, cada cadena agropecuaria reacciona de manera diferente. De cualquier manera, cuando se alarga una determinada condición climática, puede pasar de ser positiva a ser desastrosa en una actividad determinada.

Así, el agro colombiano recibe la temporada de lluvias con algunas consecuencias que dejó El Niño: cultivos como el café y algunos frutales en el centro del país han tenido mejoras en productividad de más del 10 %. Por el contrario, en la zona Caribe, el banano y la palma de aceite ya vienen mostrando los efectos negativos de la sequía. Por ejemplo, el cultivo de palma a marzo muestra una caída aproximada en productividad del 12 %. La zona Norte es la más golpeada, con 24 % de afectación.

Los productores ven un aumento en los costos porque deben incrementar gastos en fertilización, manejo de canales y manejo de agroquímicos para evitar mayores daños. Los efectos se dan, principalmente, porque el agua puede barrer los nutrientes del piso, generando una falta de minerales en el cultivo y afectando su crecimiento.

Sobre este panorama, el Ministerio de Agricultura lanzó el programa Confianza Colombia, un plan de inversión económica y de adaptación a las situaciones climáticas en la ruralidad del país, que contará con una bolsa de $2,6 billones.

La ministra Jhenifer Mojica señaló que “Estamos inyectando recursos del presupuesto nacional, orientados al apalancamiento de crédito y gestión del riesgo como medidas de asistencia técnica, acompañamiento y todo el proceso de previsión necesaria para dar confianza a los productores”.

Área sembrada vulnerable a desabastecimiento hídrico


Aunque aún no hay un periodo exacto para conocer hasta cuándo se extienden las lluvias, se espera que no ocurra un fenómeno como el del periodo 2020-2022, en donde los sectores agroexportadores fueron los más afectados por casi 30 meses consecutivos de pluviosidad, según indica Bancolombia.

El director de la Asociación Colombiana de Exportadores de Flores en Antioquia (Asocolflores), Marcos Ossa, explica que, para su subsector, las lluvias elevan la alerta de los productores del Oriente del departamento en cuanto a la eventual proliferación de enfermedades como la Botritys (hongo que causa la pudrición de la flor).

"El exceso de agua y las bajas temperaturas nos llevan a activar unos planes de contingencia y de prevención para detener la aparición de las plagas”, apuntó.

Respecto al sector energético, ante la crítica caída en el nivel de los embalses —alcanzando 28,6 %, margen más bajo de los últimos 25 años que amenazó con un racionamiento nacional—, la llegada de La Niña promete ser un periodo de recuperación para estos y la desinflación de los precios de energía en el país.

Durante el fenómeno de El Niño, el impacto en el sector energético causó un incremento en las tarifas para los usuarios colombianos. Esto se debe a que la factura de la luz se compone por varios puntos, entre ellos, la generación térmica, que incluye precios de contratos de largo plazo y precios de bolsa. Con la llegada de La Niña, las personas podrían notar una posible reducción en las tarifas que pagan por este servicio.

En términos de oferta y demanda de la energía en condiciones normales o de La Niña, hay que resaltar la participación de la hidráulica, que atiende alrededor del 80 al 90 % de la demanda, mientras que las fuentes eólicas y solares son aún marginales.

Otros sectores que se ven afectados por el fenómeno de La Niña son:

  • Turismo: las inundaciones y sequías pueden afectar negativamente zonas y la accesibilidad a los destinos turísticos.
  • Infraestructura/construcción: las precipitaciones pueden impactar los tiempos y plazos de trabajo en obras, por lo que hay que tomar medidas de precaución al respecto, además de actividades preventivas con empleados y colaboradores.
  • Salud: las condiciones climáticas extremas asociadas a La Niña pueden propiciar la proliferación de enfermedades como el dengue, la malaria y afecciones respiratorias. Esto representa un aumento en los gastos asociados a la atención de las mismas.

En 2024 se espera un precio promedio anual de $586/kWh. El impacto en los precios de energía se puede evidenciar al contrastar los precios en los meses antes de El Niño, donde el precio de bolsa alcanzaba unos $350/kWh y durante El Niño, el precio promedio mensual tocó un máximo de $1.024/kWh (octubre de 2023) —un aumento del casi 200 %—. Además, se puede observar gráficamente la relación directa entre el ONI y el precio en bolsa.

Informe Inveco Página 4

De hecho, gracias a las recientes lluvias, los niveles aumentaron al 34,4 % —a mayo de 2024—, disminuyendo así la probabilidad de racionamiento. En línea con lo anterior, el documento señala que el momento más crítico quedó atrás, y se espera que los efectos de El Niño disminuyan en los próximos meses.

Al margen de la coyuntura actual, el sector continúa presentando grandes desafíos derivados de los retrasos en los proyectos de generación de energía solar y eólica. La entrada en operación de estos proyectos es indispensable para cubrir el aumento en la demanda de energía de los próximos años, especialmente, cuando llegue el próximo fenómeno de El Niño.


Fuentes:

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